Nuestro Método
Nuestro Método Educativo se basa en la acción, la responsabilidad y la confianza. A través del tiempo libre, formamos a niños, niñas y jóvenes en varios planos: social, psicológica, intelectual, emocional y espiritualmente.
El Método Educativo Scout se define como un sistema de autoeducación progresiva basado en:
- Educación en valores: El/la joven establece libremente un compromiso personal ante sus compañeros/as, asumiendo una responsabilidad: social, personal, ética… resumidos en la Promesa y la Ley Scout.
- Aprender haciendo: La educación por la acción y la propia experiencia. El aprendizaje se hace a través de la observación, la experimentación y la actividad personal, permitiendo a los/as participantes realizar acciones por sí mismos/as y adquirir experiencias personales. Se pone en práctica la educación por la acción mediante la aplicación de la metodología del proyecto: educación activa y empleo del juego como oportunidad óptima de experimentar, aventurar, imaginar, soñar, proyectar, crear y recrear la realidad.
- La vida en pequeños grupos: El pequeño grupo socializa, identifica a sus miembros con los objetivos de las actividades y permite profundizar en el conocimiento mutuo. Todo ello posibilita la participación, el aprendizaje y la asunción de responsabilidades. Así se crea un espacio educativo y de confianza para crecer y desarrollarse.
- Con la ayuda de adultos: La presencia de un adulto capacitado, que se incorpore a la vida del equipo proponiendo, revelando y ayudando a descubrir, facilita el diálogo y la cooperación, invitando al Grupo a producir lo mejor de sí mismo/a.
- La asunción paulatina de responsabilidades en el propio desarrollo: La vivencia de la participación en diversas actividades, asumiendo responsabilidades consigo mismo/a y con el Grupo, ayuda al establecimiento de un compromiso personal libremente aceptado, en el que se basa el éxito del Equipo.
- La formación autogestionada: Cada joven participa en su propio proceso de desarrollo, formando parte activa de las diferentes etapas en las que se determina el Programa Educativo Scout.
- Unos programas progresivos y atrayentes: La presentación de técnicas atrayentes que se aprenden ejecutándolas, permite estimular el desarrollo de las aptitudes, motivar una futura vocación y colaborar en la formación de la persona, aportando la seguridad que implica el manejo de una destreza.
- La variedad y los centros de interés: A través de ellos, niños/as y jóvenes se relacionan con el mundo, descubren sus capacidades y las de los demás, el valor de la cooperación y el espíritu de equipo, descubriendo de un modo alegre lo que juntos/as pueden hacer.
- El contacto directo y continuado con la naturaleza: El descubrimiento de la naturaleza estimula la creatividad, crea vínculos entre los miembros del grupo, favorece la comprensión de la vida en sociedad y permite valorar la vida sencilla y los ritmos naturales.
Secciones
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Castores (de 6 a 8 años)
Los/as Castores/as son los niños y niñas de 6 a 8 años. Es la edad de la máxima ilusión por descubrirlo todo. Es también la primera vez que salen de casa y comienzan a acercarse a los demás. Contemplan con curiosidad todo lo que les rodea, desarrollando la creatividad.
Los/as castores/as se organizan en “Colonias” donde aprenden a vivir en Grupo y a participar activamente de las actividades junto a otros/as de su misma edad. El lema “Compartir” fomenta la igualdad y la solidaridad entre ellos/as.
A través de juegos y canciones van desarrollando rutinas y haciéndose responsables de sus acciones. El juego desarrolla la imaginación y la pone al alcance del adulto para hablar así el lenguaje del/la niño/a y educarle en diferentes áreas y responsabilidades.
En esta edad es fundamental que vayan adquiriendo responsabilidades, tanto personales como colectivas. Desde la adquisición de hábitos de higiene corporal, hasta los conceptos de que “cada cosa tiene su lugar” o que todos/as debemos ayudar a recoger después de una actividad.
Los/as castores, niños y niñas de 5 a 8 años, se van haciendo así personitas más autónomas, capaces de resolver situaciones y adquiriendo capacidades que les acompañarán el resto de su vida infantil, juvenil y adulta.
Con las excursiones, campamentos y visitas educativas se consigue que el/la niño/a vaya poco a poco descubriendo el mundo que lo rodea, compartiendo esas experiencias no solo con los adultos sino con otros/as de su misma edad, y desarrollando interés temprano en áreas que le gustan.
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Lobatos (de 8 a 11 años)
Tras su paso por la Colonia y al cumplir los 8 años, niños y niñas entran a formar parte de la Manada de Lobatos/as.
Su imaginación está al servicio de una incesante actividad y del juego, su medio de aprender. Su compromiso es “Haremos lo mejor”. De nuevo es el desarrollo de la imaginación la que permite al/la educador/a hablar un lenguaje accesible para el/la niño/a.
En esta etapa los niños y niñas aprenden a convivir en pequeños grupos de seis, llamados “seisenas”, en las que se reparten responsabilidades y aprenden a trabajar juntos/as, desplegando sus hábitos sociales y responsabilizándose de su tarea.
A través del juego, el/la niño/a aprende a quererse y respetarse, y a querer y respetar a los demás. Es a través del juego como va adquiriendo también sus propios valores personales que le acompañarán toda su vida.
A través de talleres se inician en destrezas y habilidades, y a través de excursiones y campamentos, a desenvolverse por sí mismos/as de manera cada vez más autónoma.
Los niños y niñas de una Manada de Lobatos se inician en el Gran Juego de la Vida con la ilusión de crecer sanos, fuertes, capaces de superarse y con ganas de descubrir el mundo.
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Scouts (de 11 a 14 años)
Al alcanzar los once años llega el momento de entrar a formar parte de la Sección Scout.
Es el tiempo de la afirmación de uno/a mismo/a; el deseo de aventura se hace más patente, se desarrolla el carácter, las actitudes y la capacidad de vivir en grupo, enriqueciéndose personalmente.
En la Sección Scout se trabaja en Patrullas, donde se potencia el Compromiso Personal. Eligen sus propios líderes y programan las actividades, con apoyo de sus educadores/as. Los chicos y chicas adquieren así sus propias responsabilidades y aprenden a valorar el trabajo en equipo.
La imaginación deja paso a la sed de aventuras. El contacto directo con la Naturaleza y las destrezas para desenvolverse en el medio natural les permiten ir más allá en la formación de sí mismos y de su personalidad.
A través de las “Especialidades”, los/as chicos/as aprenden destrezas individuales en áreas que más les motivan, abriendo así el camino de su formación profesional y de sus aficiones.
Aprenden a tomar decisiones por sí mismos/as y colectivamente. Hacen sus actividades en contacto con la Naturaleza y comienzan a tomar conciencia del servicio a los demás. Aspiran a estar “Siempre listos”.
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Escultas (de 14 a 17 años)
Cumplidos los 14 años, los chicos y chicas comienzan a trabajar en la Unidad Esculta.
Este es un momento crucial para las ideas, los interrogantes y las ambiciones. Los chicos y las chicas empiezan a perfilar su personalidad definitiva.
El Grupo cobra enorme importancia y se hacen hombres y mujeres activos. No aceptan el ocio pasivo y dirigido que se oferta a los/as jóvenes. Elaboran sus propios proyectos, abiertos al servicio comunitario, se abren a la sociedad y afianzan su pertenencia y su responsabilidad ciudadana.
Conciben sus propios “proyectos de cambio”. Son ellos y ellas los verdaderos protagonistas de su futuro. Conciben la “Empresa o Proyecto” desde la idea hasta la ejecución, con la mera supervisión del/a educador/a adulto/a. Se responsabilizan de sus acciones y se impulsan en su propia motivación.
Empiezan a plantearse su formación profesional y a fijarse retos. Se hacen conscientes de que los estudios son lo más importante de sus vidas en este momento, sin dejar de lado también sus aspiraciones sociales y sus ganas de divertirse de forma saludable. El cuidado de la salud cobra una gran importancia en esta etapa para convertirse en un adulto sano.
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Rovers (de 17 a 21 años)
La última etapa de la educación scout es el Clan Rover o Comunidad de Compañeros, formado por jóvenes a partir de 17 años. Ser Rover o compañero, es vivir intensamente cada paso, tomar las riendas y hacer un proyecto de su propia vida, empeñarse en cambiar el mundo y, sobre todo, creer que es posible.
Se comprometen colectiva e individualmente en acciones de cambio y se esfuerzan por crecer al tiempo como persona. Elaboran sus propios proyectos personales, se marcan metas y se ayudan mutuamente a madurar y crecer como adultos comprometidos.
Colectivamente, se esfuerzan por hacer suya la máxima scout de “tratar de dejar el mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos”. Son jóvenes comprometidos socialmente, dinamizan, conciencian y ayudan a los demás con la esperanza de cambiar el mundo.
Los encontraréis trabajando en el barrio, o dinamizando a sus compañeros/as de clase o de trabajo aunque nadie sepa que son “scouts”. Su lema es “servir”.